Piscina de Le Château des Alpilles, Saint-Rémy-de-Provence.
Corría el verano del año 2020 y la presión en mi cabeza aumentaba por momentos, todo lo que me rodeaba me hacía sentir extrañamente desconectada. Una mañana me levanté y lo vi claro, estaba saturada. Eliminé de mi iPhone todas las aplicaciones que no utilizaba, algunas no sabía ni para qué servían. Cambié el fondo de pantalla por primera vez en tres años y puse la de un hotel en Saint-Rémy-de-Provence. Después de eso me sentía algo más tranquila, por primera vez en mucho tiempo sentía que iba hacia donde tenía que ir, pero si quería dejar de usar WhatsApp, todavía me quedaba una cosa por hacer, tenía que comunicárselo a amigos y familiares. En general todos lo entendieron y a casi ninguno le extrañó, sencillamente me dejaron de escribir.
Con el paso de los días, me di cuenta de que habían pensado que tenía necesidad de un retiro espiritual y que en lugar de apuntarme a un retiro de silencio con unos monjes budistas en Tailandia,
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