Se Ruega Silencio
Ha parado de nevar y el mundo sigue estando muy tranquilo, callado, como si la nieve tuviese el poder de amortiguar nuestros gritos.
Ha parado de nevar y el mundo sigue estando muy tranquilo, callado, como si la nieve tuviese el poder de amortiguar nuestros gritos, nuestras agitadas vidas, nuestro afán por movernos de un lado a otro como un hámster dentro de una jaula.
En la calle los niños juegan con trineos, hay una furgoneta California sepultada debajo de la nieve, junto a mi portal. Los semáforos siguen funcionando, verde, rojo, verde, rojo. Las paradas de autobús parecen haber estado en desuso durante mucho tiempo, décadas, como si el autobús perteneciese a la era anterior a la del hielo, que es en la que nos encontramos ahora, como si no fuese verdad o posible que ayer una amiga me dijese «voy a coger el autobús para volver a casa» como si hoy lo único que tuviésemos fuese nuestra casa y el autobús y los semáforos ya no tuviesen sentido. Puede que no lo hayan tenido nunca, puede que todos debamos comprar un trineo y guardarlo en el armario junto a los jerseys de crochet y las pantuflas por lo que pueda pasar, por si el hielo dura más de lo esperado. La farmacia Oui está abierta. Un francés con pinta de trabajar para la Banque Nationale de Paris se ha caÃdo de sus esquÃs de travesÃa al doblar la esquina, justo donde más gente hay, justo cuando a nadie le importa porque todos están tirándose en trineo por la cuesta. Algunos utilizan unas palas de plástico de colores que se colocan justo debajo del trasero, otros una bolsa azul de Ikea. Algunos se sientan directamente en la nieve e intentan impulsarse con las manos. Alguien habla por teléfono y le dice a la persona que está al otro lado del auricular «todo parece apocalÃptico».
Estoy sentada en mi escritorio, el polvo blanco se amontona en las verjas de mi ventana y me impide ver el jardÃn que a esta hora debe tener suficiente nieve como para cubrir mis rodillas. Hay silencio. Pareciese que el universo nos estuviese hablando muy bajito, a susurros. Y esos susurros dicen que nos callemos, permitamos que esta calma dure un poco más, todavÃa tenemos otra oportunidad. Si el Apocalipsis es esto, no está tan mal, incluso puede que no sea una mala idea.Â
Ahora queda lo peor, el hielo y la esperanza de que hayamos aprendido algo.Â
Tamara Tossi ©
Foto: Slim Aarons. Skiing Waiters.
Tamara Tossi es la autora de Modern Ladies (Mujeres Modernas) puedes unirte a la conversación en Instagram o Facebook