Nunca es demasiado pronto para Navidad
Voy a ser muy sincera. Si dependiese de mí, pondría el árbol de Navidad en septiembre
Voy a ser muy sincera. Si dependiese de mí, pondría el árbol de Navidad en septiembre. Lo que ocurre es que en septiembre, al menos en Madrid, todavía tenemos la mayoría de las piscinas abiertas y, admitámoslo, me importa un poco lo que digan los demás. No demasiado, por eso, en mi casa, dejo durante todo el año, adornos navideños repartidos aquí y allá. Cosas pequeñas que no gritan el estado mental de la dueña de la casa ya que parecen olvidos o restos de una decoración ecléctica propia de una artista desconocida. Son objetos, de los cuales, una persona menos navideña que yo podría pensar, si no fuera porque uno de los adornos es un árbol de Navidad de tela, que la decoración es algo invernal, en lugar de navideña.
El caso es que hace dos semanas que fuimos al trastero a buscar el árbol de Navidad que ya brilla día y noche en nuestro salón. Sin embargo, todavía lo tenemos a medias, nos faltan bolas. ¿Es posible? Lo es. Este año quiero que el árbol en lugar de tener el equilibrio perfecto entre ramas y bolas, todas rojas y colgadas, por cierto, con cinta roja que he tenido que enhebrar bola por bola, sea maximalista. Con tantas bolas que tenga miedo de que las ramas artificiales se venzan hacia la izquierda, ya que el suelo de mi salón está inclinado hacia la derecha. Cosas sin importancia de casas eclécticas y antiguas de paredes gruesas e irregulares. Me encanta.
El caso que es que esta semana, sin falta, tenemos pensado ir a buscar más bolas y es posible que más luces, algunas guirnaldas que no encontramos del año pasado, trapos de cocina con motivos navideños, un camino de mesa, una estrella de tartán, un calendario de adviento para Olivia, té con jengibre, una fuente de flores verdes, una casita para poner una vela dentro, servilletas de cuadros, una espátula y es posible que un ciervo de madera que parece sacado de un chalet de Aspen. ¿Encontraremos todo lo que queremos? Os lo contaré en la próxima newsletter. Hasta entonces, recordad que nunca es demasiado pronto para Navidad siempre y cuando ya hayan cerrado las piscinas, aunque si el planeta sigue recalentándose, es posible que celebremos la Navidad en bikini.
Tamara Tossi ©
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Por cierto, estos meses van a ser meses emocionantes y, aunque reconozco que estoy algo cansada, tengo mucha ilusión puesta en lo que pueda pasar.
Igual Támara!!