Algunas cosas: Gloria Steinem
«Las mujeres más jóvenes y radicales (…) no aspiraban simplemente a tener un empleo y un pedazo del pastel que ya existía: aspiraban a preparar un pastel completamente nuevo»
Gloria Steinem, Diario el Mundo.
Es curioso comprobar como la personalidad adquiere matices que se van aclarando o oscureciendo con el tiempo. Hace algunos años, por ejemplo, no me hubiese atrevido a escribir gran parte de estas columnas por miedo a que se me tachara de esto o de lo otro. Siempre pensé, no sé la razón, que terminaría diciendo lo que pienso cuando fuese tan anciana como para que a nadie le importaran mis opiniones. Lo que equivale a decir, que sería yo misma cuando no tuviese nada que perder. Por eso, cuando leo un libro en el que la autora dice lo que piensa sin ser una anciana que no tiene nada que perder no me queda más remedio que aplaudirla. Esto es lo que ocurre con Gloria Steinem.
«Se me evaluaba en base a la expectativa de que todas las feministas eran feas en un sentido convencional, y luego se me describía en contraste con dicho estereotipo. El subtexto era: Si puedes conseguir a cualquier hombre, ¿qué falta te hace la igualdad salarial?»
«Gracias a la señora Greene y a muchas otras que tuvieron el valor necesario para defenderse a sí mismas y a las demás empecé a comprender que las mujeres también éramos un exogrupo. Esa constatación despejó misterios como el de por qué el rostro del Congreso era masculino y en cambio el de la asistencia social era femenino; por qué a las amas de casa se las denominaba «mujeres que no trabajan» pese a que trabajaban más tiempo, más duro y por menos dinero que cualquier trabajador; por qué las mujeres llevaban a cabo el setenta por ciento del trabajo productivo del mundo, remunerado y no remunerado y, sin embargo, sólo poseían el uno por ciento de las propiedades; por qué masculinidad era sinónimo de liderazgo y feminidad era sinónimo de seguir el extraño baile de la vida diaria» Y entonces me di cuenta de la mujer que era y de lo pensaba, y pensaba que «las mujeres más jóvenes y radicales (…) no aspiraban simplemente a tener un empleo y un pedazo de el pastel que ya existía: aspiraban a preparar un pastel completamente nuevo».
Mi relectura constante de Gloria Steinem me da fuerzas para mantenerme en movimiento y así, con un poco de suerte, algún día llegar a vislumbrar lo que Steinem llamaba « un atisbo de modo de vida en la que se aspira al círculo y no a la jerarquía» y los budistas llaman nirvana.
Tamara Tossi ©
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